Cientos de personas despidieron en una misa funeral al obispo emérito de la Diócesis de Orihuela-Alicante, Pablo Barrachina, hijo predilecto de Jérica --donde tiene dedicada una calle-- y que falleció el pasado lunes a los 96 años.
La ceremonia, oficiada en la catedral de Orihuela, estuvo presidida por el cardenal arzobispo de Valencia, Agustín García Gasco; el obispo de Orihuela-Alicante, Rafael Palmero, el cardenal Francisco Álvarez y los prelados Victorio Oliver, Francisco Cases y Jesús García Burillo.
En su homilía, el obispo Rafael Palmero destacó la "fructífera trayectoria" de Pablo Barrachina, quien fue prelado de la Diócesis de Orihuela-Alicante durante 35 años.
"Ayudar y no dominar ha sido el motivo de caridad fraterna que este sacerdote ha prestado a nuestros mayores y sigue ofreciendo a sus herederos de una fortuna grande", señaló el prelado.
También destacó unas palabras del testamento del fallecido: "Al llegar el día más grande para mí, de entregar mi alma al Creador, del definitivo nacimiento a la vida, no me espanta el miedo, ni me oprime el temor, sino que espero el perdón y la misericordia de mi buen Dios".
Fuente: "Periódico Mediterráneo
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