En el escrito de acusación, al que ha tenido acceso hoy Efe, la fiscal considera al acusado, de 35 años y vecino de Albal (Valencia), autor de un delito de homicidio pero estima en su calificación provisional la eximente incompleta de trastorno mental transitorio y la atenuante de confesión.
Para la compañera sentimental del hombre e hija de la víctima, a la que acusa de un delito de encubrimiento, pide una sentencia absolutoria con todos los pronunciamientos favorables.
Los hechos sucedieron sobre las 20.30 horas del 1 de junio de 2009, cuando Salvador S.T. y su compañera sentimental, Sandra P.E.,
acudieron junto a su hijo, un niño de 3 años disminuido psíquico, a casa del padre de ella para curarle unas heridas que tenía en las piernas.
Al llegar al domicilio, ubicado en la urbanización El Pantano de Torrent, la mujer se dirigió al dormitorio de su padre, de 78 años, para proceder a la cura, mientras que el acusado permanecía en el exterior de la vivienda, ya que no quería mantener ningún tipo de relación con su suegro.
Después de escuchar gritos dentro de la vivienda, Salvador entró en el inmueble y encontró a su mujer desnuda de cintura para arriba y a su suegro persiguiéndola vestido tan sólo con unos calzoncillos.
Entonces, el acusado, preso de un estado de gran excitación, cogió un palo que encontró en el lugar y golpeó a Ramón P.E. en repetidas ocasiones hasta que le causó la muerte.
Posteriormente, cortó la cabeza y la manos al cadáver y metió las partes en unas bolsas de plástico que luego enterró en cal viva en un camino apartado.
Como consecuencia del estado de shock en el que se encontraba, y no teniendo claras las consecuencias de la acción que había cometido, la pareja dejó el cadáver allí mismo y volvió a su domicilio, en Albal, ya que el acusado, conductor de profesión, debía conducir un camión hasta Bilbao.
El 3 de junio, el hombre alquiló una furgoneta y se trasladó al domicilio del fallecido donde envolvió el cadáver en unas mantas, y se lo llevó en la furgoneta.
Mientras tanto, la acusada se encontraba en el exterior de la vivienda acompañada del hijo de ambos.
Juntos, se trasladaron posteriormente a su casa, y dejaron estacionada la furgoneta en una explanada cercana a la furgoneta con el cuerpo dentro, ya que el hombre tenía que volver a viajar por motivos profesionales.
Ya en la tarde del 5 de junio, y junto a su mujer y su hijo, condujo la furgoneta hasta el pantano de El Regajo, en Jérica, donde arrojó el cadáver atado con ladrillos en los pies a modo de lastre para evitar que saliera a la superficie.
Dos días después, el cuerpo de Ramón fue localizado flotando en la superficie del agua a unos diez metros de la orilla, Finalmente, el 8 de junio el acusado se personó junto a su letrado ante la Policía Judicial de la Comandancia de Valencia para confesar el crimen, del que se mostró arrepentido, y dispuesto a colaborar con la Justicia.
La fiscal solicita ahora la apertura del juicio oral, todavía no señalado, contra Salvador, en prisión provisional desde su detención, y su mujer, en libertad por estos hechos.
En su calificación, subraya que ese día el hombre atacó a su suegro preso de un estado de excitación que determinó "una alteración de sus sentimientos y emociones tal que limitó su capacidad volitiva". EFE
Para la compañera sentimental del hombre e hija de la víctima, a la que acusa de un delito de encubrimiento, pide una sentencia absolutoria con todos los pronunciamientos favorables.
Los hechos sucedieron sobre las 20.30 horas del 1 de junio de 2009, cuando Salvador S.T. y su compañera sentimental, Sandra P.E.,
acudieron junto a su hijo, un niño de 3 años disminuido psíquico, a casa del padre de ella para curarle unas heridas que tenía en las piernas.
Al llegar al domicilio, ubicado en la urbanización El Pantano de Torrent, la mujer se dirigió al dormitorio de su padre, de 78 años, para proceder a la cura, mientras que el acusado permanecía en el exterior de la vivienda, ya que no quería mantener ningún tipo de relación con su suegro.
Después de escuchar gritos dentro de la vivienda, Salvador entró en el inmueble y encontró a su mujer desnuda de cintura para arriba y a su suegro persiguiéndola vestido tan sólo con unos calzoncillos.
Entonces, el acusado, preso de un estado de gran excitación, cogió un palo que encontró en el lugar y golpeó a Ramón P.E. en repetidas ocasiones hasta que le causó la muerte.
Posteriormente, cortó la cabeza y la manos al cadáver y metió las partes en unas bolsas de plástico que luego enterró en cal viva en un camino apartado.
Como consecuencia del estado de shock en el que se encontraba, y no teniendo claras las consecuencias de la acción que había cometido, la pareja dejó el cadáver allí mismo y volvió a su domicilio, en Albal, ya que el acusado, conductor de profesión, debía conducir un camión hasta Bilbao.
El 3 de junio, el hombre alquiló una furgoneta y se trasladó al domicilio del fallecido donde envolvió el cadáver en unas mantas, y se lo llevó en la furgoneta.
Mientras tanto, la acusada se encontraba en el exterior de la vivienda acompañada del hijo de ambos.
Juntos, se trasladaron posteriormente a su casa, y dejaron estacionada la furgoneta en una explanada cercana a la furgoneta con el cuerpo dentro, ya que el hombre tenía que volver a viajar por motivos profesionales.
Ya en la tarde del 5 de junio, y junto a su mujer y su hijo, condujo la furgoneta hasta el pantano de El Regajo, en Jérica, donde arrojó el cadáver atado con ladrillos en los pies a modo de lastre para evitar que saliera a la superficie.
Dos días después, el cuerpo de Ramón fue localizado flotando en la superficie del agua a unos diez metros de la orilla, Finalmente, el 8 de junio el acusado se personó junto a su letrado ante la Policía Judicial de la Comandancia de Valencia para confesar el crimen, del que se mostró arrepentido, y dispuesto a colaborar con la Justicia.
La fiscal solicita ahora la apertura del juicio oral, todavía no señalado, contra Salvador, en prisión provisional desde su detención, y su mujer, en libertad por estos hechos.
En su calificación, subraya que ese día el hombre atacó a su suegro preso de un estado de excitación que determinó "una alteración de sus sentimientos y emociones tal que limitó su capacidad volitiva". EFE
Fuente: diario ABC